lunes, 25 de abril de 2011

"Esos veloces electrodomésticos" por Facundo Puig

"Tenes que ir a trabajar en el auto. Tarjeta en mano te acercas al garage. El auto, como si tuviera vida propia, detecta que estas cerca y desbloquea sus puertas. Te subís, no necesitas acomodar la butaca: sus regulaciones con memoria lo hacen por vos.

Cinturón de seguridad puesto (porque una alarma te lo recuerda), ¿hace calor, no? Climatizador en 20º y problema solucionado. Un toque al botón de “Start engine” y ya está encendido, solo es posible saberlo gracias al mensaje que aparece en la computadora.

Palanca de cambios en “R”, una sencilla maniobra… claro, sencilla gracias a los sensores de estacionamiento y dirección con asistencia eléctrica y ya estás en la calle. Así da gusto conducir. Un momento, ¿conducir dije?

Para la Real Academia Española, conducir es sinónimo de guiar un automóvil. Sabemos que es bastante más que eso. Implica sentir el auto, el motor funcionando, la velocidad elevada o reducida, los cambios de apoyo, pérdidas de adherencia, o hasta algo tan básico como sentir el viento en la cara.

Los elementos tecnológicos son una gran ayuda, nadie puede dudar de los millares de vidas salvadas por el airbag o el ABS, pero fijando nuestra atención en la electrónica estamos olvidándonos de el verdadero sentido de conducir. De a poco, vamos transformando los autos en electrodomésticos, y basta con dar una recorrida por cualquier concesionario para darnos cuenta.

¿De verdad es tan molesto tener que meter la llave en una cerradura para entrar? ¿O bajar el vidrio con la mano en vez de con un botón? Pasando a la conducción, ¿la dirección con asistencia eléctrica es tan fabulosa como la dibujan? Personalmente no me gusta nada, a bajas velocidades me recuerda a cuando me sentaba en el “Sega Rally” sin haber introducido una ficha, mientras que cuando apresuramos la marcha, se torna poco comunicativa e imprecisa. Y ¿qué hay del acelerador electrónico? El mismo decide si necesitamos más o menos potencia, o si queremos mayor o menor recorrido. A mí que me dejen con el tradicional cable. Las cajas automáticas tambien tienen vida propia hasta en modo manual: si vamos en un cambio alto nos baja a la marcha óptima para tener la potencia que necesitamos, y cuando queremos estirar los cambios al corte decide que es hora de subir de marcha. ¿Quién esta conduciendo, el auto o nosotros?

En mi casa hay un auto de la década de los 70’ con cerca de 100 hp y tracción trasera. No tiene vidrios eléctricos, ni dirección asistida, ni que hablar de sensor de lluvia o crepuscular (viene con un interruptor para encender las luces, nada complejo). Si hace calor, vidrio y ventilete están para dirigir una brisa hacia el interior. Las maniobras de estacionamiento son imposibles, la dirección con el auto quieto parece estar unida a dos ruedas de camión, y la visibilidad es pobre.

Solamente con encenderlo e irme solo a un camino de tierra me olvido de la tecnología. Escuchar los cambios a 4.000 rpm, frenar intentando no bloquear o sentir como la cola se desliza hacia afuera en las curvas me roba muchas más sonrisas de las que lo hicieron en su momento autos mucho más modernos. Para mí, esto es conducir."


Un articula genial que me pareció interesante compartir, fue escrito por un colaborador de Autoblog.UY -Facundo Puig- Gracias y espero que al redactor de este articulo no le moleste que lo publique en mi blog.

domingo, 17 de abril de 2011

Inaugurando

Dando comienzo a un nuevo blog en la red, un blog que seguramente aporte poco y nada a la sociedad, pero que importa.
No esperen mucho de la redacción, ni actividad constante, cada cuando tenga ganas iré dejando cosas de mi interés y de todo un poco.
Nada mas para agregar de momento, saludos


Gaston